El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió el 2 de marzo de 2022 que impulsaría un pacto de rentas entre los agentes sociales, con el objetivo de «evitar caer en una espiral inflacionista». Era la primera medida de su gran plan de respuesta al impacto de la guerra.
Un año después, ese pacto de rentas no existe. El Gobierno no llegó a proponer ninguna medida al respecto a los agentes sociales, no les envió ningún documento, y no se ha celebrado una sola reunión en la que las partes abordasen qué comprendería ese pacto de rentas. Las conversaciones al respecto tan solo tuvieron lugar en dos encuentros que tenían como principal objetivo el Plan de Recuperación, el trato entre España y Bruselas para recibir fondos europeos Next Generation.
Tenemos que impulsar un gran acuerdo, un pacto de rentas«
pedro sánchez en el congreso de los diputados, marzo de 2022
«El Plan Nacional de respuesta al impacto de la guerra que les propongo va a tener los siguientes ejes. El primero, creo que tenemos que impulsar un gran acuerdo, un pacto de rentas. Todos somos conscientes de que uno de los mayores riesgos económicos de la guerra es el precio de la energía de diversas materias primas y las traslación al coste de la vida. A lo largo pandemia todo podemos convenir en que los agentes sociales nos han dado un ejemplo de verdadero patriotismo, logrando importantes acuerdos (…). Me gustaría invitar a los agentes sociales a lograr un pacto de rentas, un gran acuerdo de país que genere estabilidad y confianza, tantos desde la perspectiva de los costes salariales como desde la moderación de los márgenes y beneficios de las empresas. Todo ello con el objetivo de evitar caer en una espiral inflacionaria que mine el poder de compra de las familias, de los ahorradores, y que ponga en riesgo la recuperación económica», aseguró Sánchez en un discurso en el Congreso de los Diputados que puede volver a verse aquí.
El pacto de rentas fue percibido por expertos y organismos como una medida clave para evitar que la inflación entrase en una espiral sin fin -cosa que todavía no se descarta-. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ya había pedido llegar a un acuerdo así usando esas palabras: «evitar una espiral viciosa» de incremento de márgenes, precios y salarios, que se retroalimente y que generaría pérdidas de competitividad y de empleo.
Pero más allá de De Cos, hasta ese momento no era una medida que copase titulares. Después, las diferentes instituciones económicas se lanzaron a analizar la iniciativa, a evaluar qué debería incluir y qué papel debía tener el Gobierno. El Banco de España demandó que el pacto de rentas no solo acordase cuánto podían subir como máximo los salarios y los beneficios de las empresas, sino también que incluyese a las pensiones más altas. La propuesta desató la polémica y el Ejecutivo no la valoró en ningún momento, aunque las grandes instituciones económicas la respaldaron.
El objetivo de llegar a un pacto de rentas es evitar que la inflación continúe ascendiendo hasta el infinito. ¿Por qué? El razonamiento es el siguiente: en un contexto de alta inflación -y la inflación media de 2022 fue del 8,4%, la más alta desde 1986-, si los trabajadores piden aumentos de salarios para no perder poder adquisitivo, y las compañías suben aún más el precio de los productos y servicios que ofrecen para a su vez afrontar ese aumento de los costes salariales, los trabajadores volverán a pedir sueldos más altos y los precios volverán a subir, en una posible espiral sin fin.
Así, la manera que los economistas encuentran para que no se produzca este bucle es que las organizaciones sindicales y empresariales más representativas acuerden no aumentar los sueldos más de un determinado porcentaje, inferior a la inflación, y hacer lo mismo con los beneficios o márgenes empresariales. Pero este pacto no se ha producido. Los agentes sociales, de hecho, no han llegado a reunirse con este fin. Durante dos de las reuniones que el Gobierno convocó con sindicatos y empresarios sobre el Plan de Recuperación, el Ejecutivo insistió en la necesidad de alcanzar un acuerdo en esta línea. Hasta ahí. Ni propuestas, ni cifras orientativas, ni elementos que debería incluir.
Tras la última de estas reuniones, que tuvo lugar en julio, la vicepresidenta Nadia Calviño aseguró haber «constatado la voluntad unánime de reactivar ese diálogo». «Vamos a intensificar el trabajo conjunto», afirmó, aunque después no se volvió a convocar ningún otro encuentro. «No han llevado ni una sola propuesta de cómo podría canalizarse un pacto de rentas», dijo la portavoz de CCOO, Mari Cruz Vicente, después de la reunión.
¿Sigue siendo necesario?
Mientras, los economistas han desgranado ampliamente qué elementos debería incluir el pacto. La mayoría abogan por que se contengan las alzas salariales y también los beneficios de las empresas, aunque reconocen que este último aspecto es más complicado de definir. Pero, además, opinan que también debería limitarse el incremento de las pensiones más altas, como empezó pidiendo el Banco de España, quien considera injusto que los trabajadores que perciben menores salarios deban pagar la subida de los pensiones máximas. Por otro lado, otras opciones incluirían restringir la subida de los alquileres, implementar un abono de transporte gratuito o ligar la subida salarial a una contribución al fondo público de pensiones.
Pero, un año después de que Pedro Sánchez lo pusiera sobre la mesa, ¿sigue siendo necesario un pacto de rentas? ¿O es suficiente con la moderación -al menos, salarial- que ya se está produciendo? Preguntado al respecto, el catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad Complutense y subdirector de Fedea José Ignacio Conde-Ruiz opina que sí. «No estamos en una situación de decir que hemos controlado la inflación, es verdad que en marzo va a caer bastante, pero lo que es la inflación subyacente va a seguir subiendo. Y cuando la inflación permanece alta en un periodo largo de tiempo es más difícil contener las presiones para subir los salarios», explica.
Por el momento, los economistas no están apreciando que España esté entrando en ese bucle de inflación tan temido. Por su parte, el director de Coyuntura Económica de Funcas, Raymond Torres, apunta que cuanto más persiste la inflación «mayor es el riesgo de que en algún momento se dispare ese bucle de recuperación de salarios, más márgenes y más salarios». Ahora, el objetivo es continuar analizando la evolución de la inflación, buscando que no se enquiste. En los años 70 alcanzó el 40% y no se controló hasta que el Gobierno impulsó los Pactos de la Moncloa. Es lo que tratarán que no se vuelva a repetir.