Las embarazadas tienen muy restringido el espectro de medicamentos que pueden tomar y para aliviar el dolor, el paracetamol suele ser el más indicado. Ginecólogos de todo el mundo prescriben este analgésico a las futuras madres (distintos estudios hablan de que lo consume entre el 60 o 70%) y hasta la fecha no hay evidencia científica rotunda contra su uso.
No obstante, algunos estudios previos habían ya relacionado el paracetamol con problemas neuroconductuales en los niños en la línea del que ahora se publica en la revista Plos One. Esta nueva investigación, realizada por científicos de la Universidad de Pensilvania (EEUU), afirma que los niños expuestos al paracetamol durante el embarazo tienen mayor índice de problemas de atención y de sueño, y que son más retraídos, es decir, más solitarios o menos comunicativos.
El análisis incluyó 2.423 parejas de madres e hijos de una cohorte de Pensilvania (EEUU), en la que las madres informaron sobre su consumo de medicamentos – al menos en alguna ocasión – y respondieron preguntas sobre su estrés prenatal. A sus hijos se les midió el comportamiento a los tres años de edad a través del cuestionario CBCL (child behaviour checklist o verificación del comportamiento infantil), un método oficial de medición de conductas para niños.
El resultado del estudio arrojó que los hijos de consumidoras de paracetamol (eran el 41,7% de las participantes) tuvieron mayor puntuación en tres cuestiones: los problemas de atención, los problemas de sueño y el retraimiento. Todas las preguntas se asociaron también al estrés prenatal, pero tras ajustar ese factor los niveles siguieron siendo mayores en esos niños.
Los investigadores concluyen que «estos resultados son preocupantes para la salud pública y sugieren precaución en el uso de medicamentos que contienen paracetamol durante el embarazo».
Un estudio con resultados en otra línea
La publicación de este estudio llega apenas tres meses después de otro en Pediatric Research en julio y que concluía que no existían a los cuatro años de edad efectos cognitivos negativos de haber consumido paracetamol en el embarazo. Este estudio hacía referencia a las evidencias contradictorias y concluía que no había pruebas para cambiar la indicación de este fármaco en el embarazo.
El estudio se hizo con otra base de datos estadounidense, en esta ocasión de Ontario, con datos de 2013 a 2019 y 1.955 embarazos. El requisito de consumo era haberlo tomado al menos una vez al mes durante la gestación.
Sin resultados que arrojaran menos habilidades cognitivas, este estudio concluye que «el efecto potencial del uso de paracetamol por parte de la madre sobre la salud y el desarrollo del niño sigue sin ser concluyente. Las investigaciones futuras deben tratar de validar y ampliar los hallazgos recientes para comprender el impacto de la indicación del uso de paracetamol en la relación entre el paracetamol y la cognición del niño».
Un estudio de 2020 en la revista Anales de Pediatría afirmaba también que el paracetamol «es un fármaco de uso seguro durante el embarazo».
Expertos tranquilizan sobre el consumo de paracetamol en el embarazo
Con la evidencia disponible, el vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Pedro Gorrotxategi, manda un mensaje de tranquilidad a las madres. «Es cierto que esto es una alerta, pero creo que las embarazadas pueden estar tranquilas si lo toman sin abusar y con una dosis ajustada a su peso», explica. «Por ejemplo, la fiebre si es muy alta también puede causar problemas al feto y estaría indicada pero si es una temperatura de 37,3 puede ser el mecanismo de defensa del organismo y por ello no sería aconsejable estar tomando paracetamol».
Gorrotxategi explica que estudios como el que se acaban de publicar hablan de trastornos complejos de analizar, como la influencia en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. «Aquí no se evalúa un dato objetivo como la presencia de transaminasas en el hígado, se analizan unos cuestionarios de comportamiento donde puede haber otras influencias como la influencia de la familia, el colegio o la estimulación que el niño ha recibido. Por ello es muy complicado atribuir una causa única a un efecto como el que analiza el estudio», incide.
Gavin Pereira, investigador de Epidemiología y director del Programa de Salud Familiar e Infantil del enAble Institute dice en declaraciones para Science Media Center Australia que tras leer este estudio «sigue sin estar claro si el paracetamol tomado durante el embarazo provoca problemas de atención y sueño en la descendencia. En el estudio estadounidense, estos resultados fueron evaluados por las madres, en lugar de por una parte relativamente más independiente, como un profesor o un médico. Es posible que las madres con ansiedad subyacente sean más propensas a tomar paracetamol y a informar de estos resultados negativos respecto a sus hijos, independientemente de que exista o no un efecto biológico subyacente».
Pereira cree que los datos son «poco claros» y cree que, este estudio «no implica ciertamente que deban utilizarse alternativas comunes como los antiinflamatorios no esteroideos (como ibuprofeno o naproxeno) para aliviar el dolor en el embarazo en lugar del paracetamol. Tales alternativas pueden causar más daño».
Ian Musgrave, profesor de Farmacología en la Universidad de Adelaida, afirma también a SMC Australia que “el paracetamol es uno de los pocos fármacos relativamente seguros para tratar el dolor en el embarazo. La seguridad de nuestros medicamentos se reevalúa constantemente y el paracetamol no es una excepción». Pero cree que el estudio puede tener limitaciones.
«Un gran problema en este tipo de estudios es la existencia de otros trastornos: las madres que tomaban paracetamol lo hacían por cuestiones como la fiebre, las infecciones y las alergias, todo lo cual puede afectar al desarrollo mental del niño (lo que se denomina factores de confusión). Por ejemplo, el estrés materno se asoció a que el niño fuera retraído, tuviera problemas de sueño y de atención. Los autores intentaron controlar estos factores de confusión, pero la asociación del paracetamol con los problemas de sueño y los problemas de atención después de esta corrección es marginal y puede deberse simplemente a otros factores asociados con la necesidad de utilizar el paracetamol para aliviar el dolor». Por ello, el investigador cree que «el uso sensato del paracetamol sigue estando justificado. Como siempre, las mujeres embarazadas deben consultar cualquier duda con sus médicos. Con cualquier medicamento, la regla es dar la menor cantidad durante el menor tiempo posible para lograr el alivio».