Casi un tercio de las 17 patrulleras de altura con que cuenta Vigilancia Aduanera para la persecución del contrabando de droga en las costas españolas sobrepasó hace al menos diez años la vida útil aconsejada por los organismos internacionales y otras dos alcanzarán ese umbral en tres años, lo que exige una renovación de la flota para que no se vea comprometida la capacidad operativa.
Así lo reconoce el servicio dependiente de la Agencia Tributaria en la memoria con la que justifica la necesidad de comprar tres nuevas embarcaciones, a lo que el Consejo de Ministros dio el visto bueno el pasado 6 de septiembre. El gasto máximo se ha fijado en 19.798.020 euros (impuestos incluidos) -a razón de 6,6 millones cada una- y el plazo de entrega se ha establecido de forma escalonada: abril de 2024, marzo de 2025 y enero de 2026.
En 1984 salió de Astilleros Viudes de Barcelona el Alcaraván I, la patrullera de altura más antigua (38 años) que integra actualmente la flota naval del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales. Tras esta embarcación llegaron el Alcaraván II (1986), el Alcaraván III (1986), el Alcaraván IV (1987) y el Alcaraván V (1987), todos con una antigüedad muy superior a la máxima recomendada por organismos como la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex): 15 años.
«Debido al mantenimiento realizado a las embarcaciones y la profesionalidad del personal de las tripulaciones se considera aceptable llegar a los 25 años de servicio en las patrulleras», puntualiza Aduanas. Las cinco han superado con creces esa prórroga y urge una progresiva renovación.
«La edad de la flota actual de Vigilancia Aduanera es excesiva y generará en el corto plazo una merma de su capacidad operativa si no se reciben con urgencia tres nuevas unidades de patrulleras de altura. Es por ello que es urgente y necesario ir sustituyendo progresivamente las patrulleras de altura», detalla el citado documento. Ello permitiría dar de baja aquellas embarcaciones que, debido a su antigüedad, «no cumplirán con los objetivos que se les tiene marcados por la disminución en sus prestaciones».
Con un coste de casi 20 millones, las tres nuevas patrulleras de altura se recibirán entre abril de 2024 y enero de 2026
La última patrullera adquirida es la botada como Cóndor, la de mayores dimensiones con sus 43 metros de eslora y en servicio desde abril del pasado año. Fue construida por Rodman Polyships, el astillero vigués del que salieron el Alcotán y el Halcón (ambas en 2009). Antes, entre 2000 y 2003, Vigilancia Aduanera incorporó otras nueve: Gerifalte, Décimo Aniversario, Arao, Abanto, Paiño, Albatros, Sacre, Alcatraz y Alca.
Según se detalla en el pliego de prescripciones técnicas para el contrato de suministro de las tres nuevas embarcaciones, éstas serán de tipo monocasco y con forma en ‘V’, su eslora deberá oscilar entre los 30 y los 35 metros y estarán dotadas de dos motores diésel cada una con capacidad para desarrollar una potencia que permita alcanzar los 35 nudos de velocidad máxima.
«Será una embarcación tipo patrullero rápido que se proyectará y construirá teniendo en cuenta que su finalidad es cumplir con las tareas de patrullaje en el mar territorial y zona contigua, la represión del contrabando, interceptación, visita, registro, presencia física y vigilancia del cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales, sin olvidar la comodidad y seguridad de una tripulación formada por 10 personas», precisa el pliego.
Ametralladora MG-42
El constructor queda obligado también a suministrar e instalar los sistemas de radionavegación y comunicaciones en los barcos, entre los que se incluyen radares, ecosonda, GPS, compases (tanto satelitario como electrónico), radiobalizas, un sistema de cartas electrónicas, radiogoniómetro, transpondedores, radioteléfonos portátiles, móviles y un sistema de posicionamiento de flota. En la zona de proa de la cubierta, además, se instalará un afuste para colocar una «ametralladora MG42».
Las tres nuevas patrulleras de altura se sumarán a las ocho interceptadoras que Vigilancia Aduanera encargará después de que el Consejo de Ministros le autorizara el pasado mes de julio a sacar a concurso dicho contrato de suministro. El valor estimado se ha cifrado en más de 17,59 millones de euros (IVA incluido) y supondrá la mayor modernización en lo que va de siglo, según ha resaltado el Gobierno.
El servicio dependiente de la Agencia Tributaria cuenta en la actualidad con 18 embarcaciones de este tipo (entre ellas las cinco de la familia Águila y las cuatro de la saga Cormorán), por lo que cuando lleguen las que se encargarán ahora se habrá renovado casi la mitad de la flota. Diseñados inicialmente para la persecución de planeadoras en las rías gallegas y adaptados posteriormente para el asedio a las narcolanchas en el Estrecho de Gibraltar, los actuales son barcos de entre 14,7 y 17,33 metros de eslora y pueden alcanzar una alta velocidad para lograr el cometido que tienen encomendados.
Vigilancia Aduanera es uno de los organismos que financia parte de sus actuaciones con el Fondo de bienes decomisados por tráfico de drogas y otros delitos relacionados. Este año se le han asignado 2,75 millones de euros, una cantidad con la que pretendía sufragar parte de la fabricación de un patrullero con una eslora de entre 16 y 18 metros o bien la compra de un helicóptero bimotor de tamaño medio a estrenar.