Era una de las intervenciones más esperadas en un año marcado por la invasión rusa de Ucrania. Y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha aprovechado sus minutos para instar a los líderes mundiales a detener una guerra que va camino de los nueve meses y ha tenido enormes réplicas globales. «No permitiremos que Rusia aproveche la espera para rearmarse. Estoy convencido de que es la hora de que la guerra de Rusia debe y puede ser detenida», ha manifestado ante el plenario del G20.
En una cita a la que Vladimir Putin no asiste, Zelenski ha intervenido telemáticamente para exigir el fin de las hostilidades bélicas. Ha insistido en que «no habrá Minsk 3», en alusión a los dos acuerdos fallidos previos para poner fin al conflicto en Ucrania. El presidente ucraniano también se ha referido a los combates que siguen rodeando la central nuclear de Zaporiyia. A su juicio, nadie tiene derecho a chantajear al mundo con un desastre nuclear. Rusia, ha insistido, ha convertido la central en una «bomba radiactiva que puede explotar en cualquier momento». Finalmente sí habrá comunicado final, con una condena a la agresión rusa en Ucrania en la que se optará por la fórmula «la mayoría de los países» para evitar el bloqueo del documento, según han avanzado implicados en las negociaciones.
Zelenski ha esbozado las condiciones para el fin de la guerra
La escalada nuclear es uno de los asuntos que abordan hasta este miércoles los líderes del G20 en la cumbre que se celebra en Bali (Indonesia). La ausencia de Putin, que participará por videoconferencia, ha sido recibida con alivio por los líderes occidentales, que desde hace semanas habían solicitado a la presidencia indonesia del G20 que retirara la invitación a Putin y expulsara a Rusia del grupo.
En su discurso, Zelenski ha señalado una serie de condiciones para el fin de la guerra. Rusia, ha recalcado, debe reafirmar la integridad territorial de Ucrania; retirar sus tropas del territorio ucraniano y pagar una compensación por los daños causados. El presidente ucraniano ha instado a que se celebre una conferencia internacional para «cimentar un elemento clave de la arquitectura de seguridad de la posguerra» y evitar que se repita la «agresión rusa».
Lavrov, sentado junto a Brasil y México
Las condiciones de Zelenski
Zelenski ha propuesto en el G20 «soluciones concretas y honestas». «Ucrania ofrece a los principales Estados del mundo ser cocreadores de la paz junto con nosotros», ha insistido.
Estas son las propuestas de Ucrania:
- 1. Seguridad radiológica y nuclear.
- Seguridad alimentaria.
- Seguridad energética.
- Liberación de todos los presos y deportados.
- Aplicación de la Carta de la ONU y restauración de la integridad territorial de Ucrania y del orden mundial.
- Retirada de las tropas rusas y cese de las hostilidades.
- Restablecimiento de la justicia.
- En contra del ecocidio.
- Prevención de la escalada.
- Fijación del fin de la guerra.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha asistido al discurso desde la sala donde se reúnen los mandatarios. Se ha sentado junto a los ministros de Exteriores de México y Brasil, los otros dos países cuyos líderes han declinado asistir. Bolsonaro se halla de salida tras caer derrotado frente a Lula y AMLO no suele acudir a estas citas internacionales. A diferencia de su desplante en la reunión de ministro de Exteriores del G20, Lavrov no se ha levantado y ha aguantado toda la sesión.
Los discursos han oscilado entre la condena clara de la agresión rusa, liderada por Europa y EE.UU.; una segunda posición, pidiendo el fin de la guerra pero sin mencionar a Moscú, como han señalado India, China, Brasil o algunos países árabes; y la posición de Rusia. Pekín ha propinado una de cal y otra de arena al rechazar «las sanciones unilaterales» y el uso de la energía y el hambre como armas.
«Cuando se apliquen todas las medidas antibélicas, las partes deberán firmar un documento que confirme el fin de la guerra», ha indicado quien se ha referido al club de líderes mundiales como «G19», excluyendo a Rusia. A todos ellos les ha agradecido su claridad. «No hay excusas para el chantaje nuclear», ha comentado.
En Bali se está siendo muy cuidadoso con las formas. Se ha evitado que el ministro de Exteriores ruso Serguei Lavrov, que negó este lunes un rumor que aseguraba que se hallaba ingresado en un hospital de Bali, esté sentado cerca de líderes de países que han condenado la invasión a Ucrania. China e India son en estos momentos su grandes aliados. La cita está condicionada por las consecuencias que ha provocado la contienda en Ucrania, desde la inflación al alza hasta las crisis energética y alimentaria o la escalada nuclear.
En su intervención, Lavrov ha acusado a Occidente de librar «una guerra híbrida contra Rusia». A su juicio, la responsabilidad de lo que está sucediendo es consecuencia de un «neocolonialismo» económico y, frente al plenario, ha reiterado la misión de Rusia contra supuestas milicias nazis en territorio ucraniano. Y ha hecho una referencia final al discurso previo de Zelenski.
Finalmente sí habrá declaración final conjunta, con condena incluida a la intervención rusa en Ucrania. Este lunes, en mitad de enormes tensiones geopolíticas, se registró un avance con el encuentro Joe Biden y Xi Jinping. Los presidentes de EEUU y China mostraron en público la intención de reconducir las relaciones entre ambos países, en su nivel más bajo desde el establecimiento de lazos en 1979. “Competencia sí; conflicto no”, insistió Biden, quien aseguró que «no habrá una Guerra Fría con China», con el conflicto de Taiwán como detonante.