Queda menos de una semana para las urnas y en el PSOE de Madrid se barruntan los nubarrones. A buena parte de la dirigencia no le convence ni la evolución de la campaña, ni la movilización de las bases, ni el desempeño de los dos principales candidatos, el secretario regional y aspirante a la presidencia de la Comunidad, Juan Lobato, y la cabeza de cartel por la capital, la exministra Reyes Maroto. Pero hay un problema que detectan varios responsables, y que de manera oficial se niega: la falta de «dirección» política, de timón, de «estrategia«. También de «coordinación» entre ambos. Y la falta, asimismo, de «orientación» y de «amparo» de la cúpula de Pedro Sánchez. No hay una asignación concreta de responsabilidades todavía, porque la lectura es que se trata de una culpa compartida de «todos los niveles«, que se suma al mal endémico de desmovilización, apatía y fragmentación que padece la federación madrileña desde hace lustros, cada vez más desmadejada por su progresiva jibarización.
El presidente del Gobierno apostó por Lobato y Maroto para las candidaturas en Madrid, un terreno, nadie lo niega, dificilísimo por la hegemonía del PP —más aún ahora con una imbatible Isabel Díaz Ayuso—, pero que tampoco ha cuidado especialmente en plena campaña. Sánchez completará el camino del 28-M con dos actos en la Comunidad: el pasado 16 de mayo en Alcalá de Henares —ante unos 1.000 militantes y simpatizantes, según Ferraz—, sin Lobato, porque tenía el debate en Telemadrid, y el próximo jueves, 25 de mayo, en el barrio obrero de Entrevías de la capital, con el líder autonómico y la exministra de Industria.
Sánchez no abrió campaña en Madrid y tampoco la cerrará. Solo ha compartido en este tramo final un acto con Lobato y en Alcalá y acompañará a los dos candidatos este jueves
Pero no abrió campaña en la ciudad ni tampoco echará el telón, porque el viernes dedicará toda la jornada a Cataluña. Primero Tarragona y después Barcelona (con José Luis Rodríguez Zapatero), las dos plazas que el PSC espera reconquistar, sobre todo la capital catalana, en su poder desde 1979 hasta 2011. En otras campañas, la dirección, también consciente de la debilidad orgánica y electoral del PSOE-M, optaba por la fórmula del doble cierre. Esto es, un primer acto en Madrid, más discreto y por la tarde, y otro más numeroso en otra plaza importante (Barcelona, Valencia, Sevilla…), ya por la noche. En esta ocasión, Ferraz optó directamente por el cierre en Cataluña. La apertura, el 13 de mayo, a su vuelta de su visita a la Casa Blanca, fue en Sevilla.
Distintos cargos del PSOE-M, y también responsables que conocen muy bien las tripas del partido, reconocen la falta de «compromiso» de Sánchez con sus dos candidatos, que la cúpula federal «se desentendió» de ellos casi desde el primer momento porque siempre dio Madrid «por perdido» y prefirió priorizar aquellos puntos en los que se jugaba el ser o no ser del 28-M: las comunidades autónomas y las ciudades en las que los socialistas gobiernan o en las que tienen serias opciones de reconquista. Barcelona, por supuesto, pero también la Comunidad Valenciana, Sevilla, Valladolid, Aragón, Baleares… o ayer mismo en Badajoz, en Extremadura, donde mitineó ante 6.000 personas, según las cifras aportadas por la organización.
Pero en el PSOE-M afean que Sánchez hiciera su elección, sus apuestas personales, y que a la postre no las haya respaldado activamente y haya «soltado a los leones» a los dos candidatos, especialmente a su exministra de Industria, sin experiencia previa en lo orgánico ni como cabeza de cartel y con una corta trayectoria política. «El federal les puso, y no está bien dejarles así. De acuerdo en que Madrid es una plaza muy complicada, pero estamos muy flojos», apunta un alcalde de una ciudad madrileña importante, que concede no obstante que el presidente se habría volcado más «si hubiera visto que el patio está ordenado, y no es el caso».
«La gente se siente huérfana»
Hay quien dibuja la comparación con lo que sucedió en la campaña autonómica de 2021, en la que el candidato era el exministro Ángel Gabilondo. En aquel momento, la accidentada campaña, que acumuló importantes errores estratégicos y discursivos, fue dirigida por completo desde la Moncloa por el entonces director de Gabinete del presidente, Iván Redondo, y el PSOE-M se sintió preterido. Totalmente apartado. Ahora, la situación, señalan los cuadros consultados, es la opuesta. «En 2021 había un intento de dirección, había un control. El PSOE-M sentía el respaldo, pero ahora nada. Es clamoroso. La gente se siente huérfana», observa un dirigente que conoce perfectamente el terreno de juego.
En Ferraz indican que se ha tratado a los territorios «por igual», con «más incidencia» donde se gobierna. El PSOE-M alega que Lobato ha mitineado mucho con el presidente
En Ferraz responden que se ha tratado a los territorios «por igual«, aunque se ha hecho «más incidencia» en aquellos sitios donde el PSOE gobierna. «Y el presidente estuvo en precampaña en Fuenlabrada y Getafe», recuerdan. Fuentes muy próximas a Lobato, por su parte, insisten en que el secretario regional ha compartido numerosos actos con Sánchez desde que llegó al poder del PSOE-M y que en los mítines de campaña le arropan varios ministros.
«Pero un ministro en Madrid no luce, luce fuera de aquí. Aquí luce el presidente», contrapone un dirigente. Y más allá de la presencia del líder, observa un secretario local, el problema radica más en la «falta de orientación del federal«, en que ha dejado al PSOE-M a su suerte. De ahí que haya quienes tienen la «sensación» de que si el 28-M se firma un mal resultado en la región Ferraz pueda empujar a la caída de Lobato como jefe del PSOE-M, precisamente por esa falta de calor desde la cúpula federal.
«No entiendo nada«, manifiesta con desconcierto un alto cargo madrileño del Ejecutivo con mucho pasado orgánico en la federación. En el equipo de Maroto prefieren no «contribuir» al ruido interno: «Vamos a seguir trabajando. Las encuestas van bien», porque pintan una pugna por la segunda plaza con Rita Maestre (Más Madrid, «y la gente está ilusionada y contenta». En 2019, a Sánchez se le vio empujando más incluso a Gabilondo y a su arriesgada apuesta para la capital, el exentrenador de baloncesto Pepu Hernández, que a la postre hundió el partido hasta llevarlo a su peor resultado histórico.
Sin embargo, como convienen distintos dirigentes del PSOE-M, la falta de «coordinación» se extiende «a todos los niveles» y no es achacable solo a Ferraz. Se escuchan quejas repetidas, por parte de responsables con galones, de la falta de «planificación» y de «estrategia» de la cúpula regional y de su escasa «coordinación» con Maroto.
En el equipo de Maroto huyen del ruido interno y apuntan que seguirán «trabajando»: «Las encuestas van bien y la gente está ilusionada»
Se señala internamente a Lobato por no compartir muchos actos con la exministra —sí están mitineando más juntos en los últimos días, la última este martes en Carabanchel, con la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez— y por haberse centrado demasiado en recorrer los municipios de menos habitantes de la Comunidad. Le recriminan no haber focalizado la campaña, sobre todo los últimos días, en los bastiones del partido, en el cinturón rojo y en el corredor del Henares, además de la capital, que son los que aportan más votantes. Máxime cuando las encuestas indican que puede quedar tercero, por debajo de Mónica García (Más Madrid), que ya ganó a Gabilondo por 6.593 papeletas en 2021.
«Actos petados en los municipios»
«Es que en Madrid capital viven tres millones de personas, pero fuera hay otros tres, y de los tres de fuera gobernamos para dos millones», defienden fuentes próximas al líder regional, que explican que sí recorre las grandes ciudades y que se aprovecha su visita a estas para acercarse a una pequeña población cercana. «Y los actos están todos petados en los municipios», subrayan. Además, necesitaba darse a conocer, porque ese era su hándicap. «Ha faltado una estrategia conjunta del regional y del local —opone un secretario de una agrupación de la capital—. Juan y Reyes han llevado campañas en paralelo que han confluido puntualmente en algunos actos. Juan ha preferido irse a pueblos, y con la importancia que tiene Madrid, ha faltado más presencia del candidato autonómico». Un alcalde del área metropolitana, que se confiesa «preocupadísimo» por el desenlace del 28-M, también lamenta que no ha «visto» a Lobato apenas en la campaña, y que está haciendo campaña prácticamente «a pulmón».
Juan y Reyes han llevado campañas en paralelo que han confluido en algunos actos. Juan ha preferido irse a pueblos, y con la importancia de Madrid, le ha faltado más presencia», asegura un cargo local
En este viaje del 28-M, tampoco se han organizado actos multitudinarios y conjuntos, si se exceptúa el del pasado 16 de mayo en Alcalá de Henares, localidad que gobierna el socialista Javier Rodríguez. El único que tendrá lugar en la capital —el punto en el que siempre le cuesta al partido más movilizar a sus bases y donde el aparato local está más deshilachado—, con Sánchez, Lobato y Maroto será este jueves, en Entrevías. Ni uno más. «Se han desaprovechado oportunidades, como por ejemplo el mitin de Juan y Reyes y el ministro Félix Bolaños el pasado viernes en Aluche. Es un barrio nuestro y se hizo un acto pequeño, con 200 personas, cuando podíamos haber metido a más gente».
La exministra de Industria, por su parte, ha seguido una estrategia de micromítines de barrio, para patearse la ciudad y acercar su proyecto —especialmente su proyecto estrella, Madrid Próximo— a los vecinos, pero en algunos ha habido, comentan en la federación, «errores de cálculo», por la escasa movilización de los aparatos locales, como se vio la semana pasada en Moratalaz: una candidata rodeada de una treintena de personas en un distrito populoso. «Tenía que haber combinado estos actos con mítines más grandes», opina un responsable de la capital. La percepción, no obstante, es que a diferencia de otros candidatos socialistas que pasaron por la ciudad, y no aguantaron, es que Maroto ha armado un proyecto más «sólido» y de largo aliento.
En estas dos semanas de campaña, han tenido lugar dos debates: el autonómico, el pasado 16 de mayo, y el de la capital, este pasado lunes, los dos en Telemadrid. El análisis compartido en el PSOE-M es que Lobato «estuvo bien», quizá con un tono «demasiado institucional«, pero sin errores y demostrando dominio de los temas. De Maroto el juicio es algo peor: no cometió «errores garrafales» —salvo enzarzarse innecesariamente con la candidata de Cs, Begoña Villacís, a la que tenía que haber «ignorado», creen—, pero tampoco brilló. Se mostró nerviosa, «no transmitió la solvencia que ella tiene» y, sobre todo, fue la víctima de la estrategia de José Luis Martínez-Almeida y Rita Maestre, que jugaron el rol de alcalde y líder de la oposición y rivalizaron entre sí, dejando «sin hueco» a la exministra. Ella pareció, según manifiestan distintos dirigentes, «desdibujada«, aunque no tenía experiencia previa en debates ni ha ocupado el cargo de concejal antes. En definitiva, los debates han podido «no sumar» para los dos candidatos.
¿Mejoría respecto a 2019 y 2021?
En el PSOE-M late, por tanto, el desconcierto, el déjà vu de un posible mal resultado. Los sondeos sí apuntan a una subida del partido en la ciudad —fue cuarto en 2019, con un 13,75% de los votos y ocho concejales—, hasta los 10-12 ediles y más cerca de Más Madrid, aunque con alguna posibilidad de que la izquierda sume y desaloje a Almeida del Ayuntamiento. En la Asamblea regional, Lobato y García se disputan también la segunda plaza, con cierta ventaja, en las últimas encuestas, de Más Madrid. Para el partido sería prioritario recuperar la plata, pero no parece una meta fácil. Por eso hay dirigentes que creen que la estrategia tendría que haberse centrado en erosionar a la formación de García y Maestre, y no tanto confrontar con el PP, cuya hegemonía parece imposible de arrebatar para la izquierda.
Lobato gustó en el debate pese a su tono «demasiado institucional», Maroto no tuvo «errores garrafales», pero estaba más nerviosa y quedó «desdibujada»
En el partido también se recuerda que el primer «golpe psicológico» infligido a la campaña llegó el Dos de Mayo, con el choque entre Bolaños y Ayuso, porque «desdibujó» a los dos candidatos y sirvió el «marco» perfecto a la presidenta regional para fustigar día sí y día también al Gobierno de Sánchez, que salió trasquilado del envite. «Habíamos mejorado de enero a a abril y, en las últimas cuatro semanas, parece que Más Madrid ha ido en ascenso y nosotros, de bajada. La campaña ha ido de más a menos. Ellos tenían su campaña planificada y nosotros hemos carecido de ella», asegura un veterano cargo de la ciudad.
Ahora, con solo tres días de campaña por delante, la suerte está casi echada. Y en Madrid los socialistas pueden padecer el domingo otra noche de cierta decepción. O quizá, siguen confiando en Ferraz y en la cúpula regional, el 28-M se cierra con un «éxito». El que lleva muchos años sin llegar.