El amor es uno de los temas que más curiosidad produce. Sobre todo cuando, en el caso de los famosos, personas que parecía que no tenían nada que ver se juntan para formar una pareja que a todos intriga. Fue el caso de Pamela Anderson y Tommy Lee en los años noventa, ya que se casaron el 19 de febrero de 1995 en una sorprendente boda en Cancún después de 96 horas de relación.
Su amor fue rápido, intenso y explosivo, y estuvo lleno de polémicas. Fue la comidilla del mundo entero porque cada paso que daban parecía augurar su pronta ruptura. Una sex symbol y una estrella del rock, ¿qué podía salir mal? Los tres años que estuvieron juntos incluyeron peleas (entre ellos y con los papparazis), un vídeo íntimo robado, un aborto y dos hijos. Una verdadera montaña rusa de emociones que copó titulares de todo el mundo.
La relación terminó pero el amor no
Los celos, los escándalos y la presión mediática pusieron fin a la relación. Desde entonces han mantenido una comunicación cordial por el bien de sus dos hijos, pero el interés que causan no ha bajado. De hecho, la prueba está en que hace unos meses se publicó la serie Pam & Tommy en Disney+ y meses más tarde se estrenó el documental de Pamela en primera persona.
Según ella misma cuenta, Tommy fue el gran amor de su vida y a día de hoy todavía le quiere. Su relación terminó tan abruptamente como empezó: una discusión entre ellos terminó con el rockero agrediendo a la actriz, por lo que tuvo que intervenir la policía. Días después la protagonista de Los vigilantes de la playa pidió el divorcio.
¿Lo que mal empieza, mal acaba?
Cuando Megan Fox y Machine Gun Kelly empezaron a salir, sus alfombras rojas se compararon rápidamente con las de Pamela Anderson y Tommy Lee. Eran los mismos perfiles, y su relación había comenzado rodeada de polémica.
Megan estaba casada con Brian Austin Green, actor de Sensación de vivir y Mujeres desesperadas, cuando participó en una película junto a Machine Gun Kelly. Pronto comenzaron los rumores de relación entre ellos y el matrimonio se rompió de manera definitiva en cuestión de semanas.
Tras el videoclip de Bloody Valentine, en donde aparecían juntos, Megan y Machine Gun Kelly confirmaron su relación. Un comienzo controvertido que no hizo más que sumar titulares con cada aparición y declaración. Cuando se prometieron, el cantante reveló que si intentaba quitarse el anillo le haría daño porque la base está cubierta de espinas. «El amor duele», aseguraba él.
La polémica estaba servida, pero por si no fuera suficiente, también compartieron que tras comprometerse bebieron el uno la sangre del otro. A pesar de que hace un año de su compromiso, no han llegado a casarse, y ahora los rumores indican que podrían haber roto.
Megan Fox publicó esta semana: «Puedo sentir la deshonestidad, la huelo en tu aliento«. Citaba una canción de Beyoncé sobre infidelidad, dio pie a las habladurías. Inmediatamente después borró todas sus publicaciones junto al rapero y se borró Instagram, ante lo que muchos dieron por hecho que el noviazgo había terminado.
Pero algunos medios aseguran que todavía no se ha producido la ruptura. En cambio estarían intentando solucionar los problemas de confianza que habrían surgido entre ellos.
El amor ritual
La relación de Angelina Jolie y Billy Bob Thornton, como las dos anteriores, suscitaba curiosidad, rabia y rechazo a partes iguales. Además, siempre que aparecían juntos en alguna alfombra roja dejaban declaraciones o imágenes que contribuían al fenómeno.
Tras el estreno en 1999 de Inocencia interrumpida, Angelina Jolie se convirtió en uno de los personajes más buscados y el gran boom llegó cuando en abril del año 2000 se casó en Las Vegas con Billy Bob Thornton. Laura Dern, con quien salía y vivía el director, se enteró de su matrimonio por la prensa. Un inicio polémico que solo sumó excentricidad cuando se fueron conociendo datos, como que en vez de anillos habían intercambiado viales con su sangre.
Terminó como empezó, de manera abrupta. Angelina adoptó a su primer hijo, Maddox, durante el rodaje de Tomb Raider en Camboya y su relación con Billy Bob Thornton se desvaneció. Ya no tenían nada en común y todo lo que la actriz había sentido por el cineasta en algún momento ya no estaba. El centro de su vida había pasado a ser su hijo.
La real excepción que continúa siendo polémica
Uno puede pensar que estas tres parejas que hemos nombrado tienen todo en común, mientras que Meghan Markle y el príncipe Harry son completamente diferentes. Sin embargo, en su relación se pueden encontrar muchos paralelismos con las demás.
Cuando comenzaron los rumores de que el príncipe favorito de Inglaterra salía con una actriz estadounidense la prensa se volvió loca. Ya había ocurrido con otras familias reales europeas, pero Meghan protagonizaba una serie de éxito y, encima, era afroamericana. Su etnicidad traía a la palestra debates sobre racismo, colonialismo y clase que hasta entonces habían sido pasados por alto.
Tal y como los propios Harry y Meghan han denunciado en todo este tiempo, el acoso de ciertos medios de comunicación se sumó al odio en las redes sociales. Rápidamente se convirtieron en un fenómeno de masas y al mismo tiempo en el objetivo de las críticas y de las comparaciones con Guillermo y Kate.
La supuesta relación de la intérprete con su padre o con su hermana la convertía en una mala hija; su consumo de los aguacates en una caprichosa; y el uso que hacía de aviones privados en una hipócrita. Por suerte, y a diferencia de los casos anteriores, no hubo rituales de sangre involucrados.
Pero por supuesto, todo se vio magnificado cuando tomaron la decisión de salir de la Familia Real británica y establecerse por su cuenta en Norte América. ¿Hay algo más excéntrico que renunciar a una vida de lujos históricos? Justificar una decisión así pasa por más polémica: la comentada entrevista con Oprah Winfrey, el libro En la sombra de Harry, sus acuerdos económicos…
Mientras ellos se justifican y desmienten una y otra vez las alegaciones en su contra, el odio persiste. Narrativas como la de que buscan privacidad (en vez de tener control sobre su imagen, que es lo que ellos han dicho que desean) permanecen en el imaginario colectivo.