“Solo los tontos tienen la tarifa regulada del Gobierno”. Esa cita quedará casi para la historia en uno de los momentos más complicados para el sector energético en los últimos 20 años. Aquellas palabras fueron pronunciadas por el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, en alusión a los desorbitados precios que se pagaban por el megavatio a la hora hace poco más de un año.
La compañía hizo un fantástico ejercicio de márketing y ofreció nuevas tarifas para sus clientes y para todos los usuarios eléctricos que quisieran irse a la tarifa libre. No fue la única. El resto de comercializadoras iniciaron una guerra de precios para atraer la atención de aquellas familias que estaban en la tarifa regulada y pagaban facturas medias de hasta 140 euros.
En el pasado, el Gobierno era el único encargado de fijar los precios y solo existía el denominado mercado regulado. A partir de 1997 comenzó un largo proceso de liberalización que se hizo efectivo en 2009. Desde ese momento, los consumidores fueron libres de elegir a quién querían pagar su factura de entre las más de 100 comercializadoras eléctricas que existen.
Las empresas, en este sentido, incentivaron la marcha al mercado libre en el que la comercializadora y el cliente fijan un precio acordado durante un período de tiempo determinado. Iberdrola, Endesa o Naturgy insistían que era la mejor opción para ahorrarse un puñado de euros a final de año, pero el mercado eléctrico se ha dado la vuelta y con la presión inflacionista a la baja en la energía, a día de hoy, los clientes de la regulada pagan menos que los de la libre.
La factura media de un hogar durante el mes de marzo ha sido de 61,70 euros. Se trata de una nueva bajada de precios de la luz facilitada por la caída del precio de gas natural (44 €/MWh) a valores similares a los de agosto de 2021 (45 €/MWh). El precio de marzo supone una rebaja de 15 euros respecto a los datos del pasado mes de febrero (76,72 euros ).
El mercado mayorista cerró el mes con un precio medio de 89,6 euros, aunque en determinados días como el 31 de marzo, los precios cayeron de forma importante y cerraron con un precio medio de 16,53 euros/MWh, e incluso en determinadas horas concretas el precio mayorista fue de 0 euros, según los datos recogidos por Facua.
A falta del cierre de abril, la factura eléctrica en el mercado eléctrico también será similar a la de marzo. Durante la Semana Santa los precios también se hundieron y la luz fue gratis durante muchas horas de Jueves Santo y Viernes Santo. Por lo que toca preguntarse si es factible ahora seguir en la tarifa libre o volver a “la de los tontos”.
Durante este arranque de año, el kilovatio a la hora ronda entre los 0,15 euros de enero y los 0,20 de marzo. Abril lo ha hecho en torno a los 0,13 euros, mínimos anuales y que nunca antes se habían visto desde el inicio de la guerra. Para conocer si es mejor marcharse a la regulada la mejor fórmula es acudir al comparador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Según la herramienta, la mejor oferta es la de Endesa con un precio de 0,14 euros por kilovatio. Es decir, que para un hogar de consumo punta de 65 kw a la hora y de una potencia punta de 3,5 kw el precio rondaría los 47 euros con impuestos incluidos. Cuatro euros más que si nos acogiésemos a la regulada.
El descenso del precio de la PVPC se debe a que el sistema eléctrico español ha tirado más de las renovables que de las no renovables y las tecnologías verdes ofrecen un precio inferior al de las segundas.
La CNMC recoge centenares de ofertas de todas las comercializadoras y los precios pueden variar hasta 20 euros, según explica el organismo dirigido por Cani Fernández. Según la CNMC, a finales de 2022 existían 30 millones de consumidores en el mercado eléctrico nacional. De ellos; 21,4 estaban en el mercado libre y 8,7 en el mercado regulado. En 2021, las cifras eran otras: 19,8 tenían tarifas fijas en el mercado libre –suelen tener una vigencia de un año- y 10,1 en el mercado regulado.
Cabe recordar que los usuarios que están acogidos a una tarifa libre pueden cambiarse a la regulada en cualquier momento por lo que no puede haber penalización a aquellos hogares que decidan volver a la controlada por el Gobierno.