Un estudio que ha hecho seguimiento durante ocho décadas a 3589 personas mayores de 73 años publicado en The Lancet apunta a que los niños que tuvieron una infección de las vías respiratorias inferiores (IVRI), como bronquitis o neumonía, a la edad de dos años tienen casi el doble de probabilidades de morir prematuramente en la edad adulta por enfermedades respiratorias, independientemente de los factores socioeconómicos y condición de fumador.
Hasta ahora ya se sabía que las IVRI infantiles están relacionadas con el desarrollo de deficiencias de la función pulmonar en adultos, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pero no estaba claro si existía una relación con la muerte prematura en la edad adulta. El virus respiratorio sincitial (VRS) es el principal agente infeccioso en menores de dos años.
Si bien el artículo de The Lancet señala que el número total de muertes prematuras por enfermedades respiratorias es pequeño, las personas que tenían una IVRI, como bronquitis o neumonía, a la edad de dos años tenían un 93% más probabilidades de morir prematuramente por enfermedades respiratorias en la edad adulta, independientemente de sus antecedentes socioeconómicos o su condición de fumador. Esto podría explicar potencialmente una de cada cinco muertes prematuras por enfermedades respiratorias en Inglaterra y Gales entre 1972 y 2019, unas 179.188 de 878.951 muertes, según las cifras de la investigación.
“Las medidas preventivas actuales para las enfermedades respiratorias de los adultos se centran principalmente en los factores de riesgo del estilo de vida de los adultos, como fumar. Vincular una de cada cinco muertes respiratorias de adultos a infecciones comunes muchas décadas antes en la infancia muestra la necesidad de abordar el riesgo mucho antes de la edad adulta”, dice el James Allinson del Imperial College London, Reino Unido y autor principal del estudio. “Para evitar la perpetuación de las desigualdades existentes en la salud de los adultos, debemos optimizar la salud infantil, sobre todo abordando la pobreza infantil. La evidencia que sugiere los orígenes tempranos de la vida de las enfermedades crónicas en adultos también ayuda a desafiar el estigma de que todas las muertes por enfermedades como la EPOC están relacionadas con factores del estilo de vida”, añade.
“Se trata de un estudio muy interesante por su largo seguimiento a lo largo de ocho décadas en una muestra representativa de la población británica. Concluye que existe un riesgo del doble de morir por causa respiratoria en aquellos participantes que sufrieron infecciones respiratorias repetidas durante la infancia, sobre todo aquellos que las padecieron antes de los dos años o más de tres episodios”, señala Joan B. Soriano, epidemiólogo del Hospital Universitario Son Espases-UIB en Palma (Baleares) en declaraciones a Science Media Centre España. Este neumólogo destaca lo difícil que es confirmar con evidencia sólida algo que clínicamente se suele apreciar: “los niños con mala salud respiratoria suelen ser adultos proclives a la enfermedad o morir antes”.
«Trazar una línea sobre el efecto a largo plazo de las IVRI en la vida temprana es importante para comprender los orígenes de la enfermedad en la edad adulta y para reforzar las intervenciones preventivas. Los actuales esfuerzos mundiales por reducir la mortalidad prematura en la edad adulta se centran en gran medida en la exposición de los adultos», asegura Heather Zar, de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). «El estudio de Allinson y sus colegas se suma a las pruebas de que los adultos cuya enfermedad pulmonar crónica se ha atribuido a efectos relacionados con el tabaquismo también podrían tener una enfermedad derivada de exposiciones en la infancia que son en gran medida prevenibles», añade.
Pero estas atribuciones no deben llevar a engaño, “si una de cada cinco muertes respiratorias se atribuye a infecciones respiratorias repetidas durante la infancia; otras dos de las cinco son por el tabaco”, señala Joan B. Soriano.