Vucic y Kurti acuerdan no exigir documentos para quienes circulen entre ambos territorios, pero queda pendiente el contencioso sobre la conversin de las matrculas serbias en kosovares
Serbia y Kosovo siguen enfrentados por lo que se ha venido a llamar “guerra de las matrculas” cuando quedan apenas dos das para que se cumpla el plazo dado por el Gobierno de Pristina para que los vehculos serbios matriculados en territorio kosovar cambien las placas de matrcula por las de Kosovo.
Un ejemplo de las tensiones que ambos pases mantienen desde el final de la guerra, que acab con la intervencin de la OTAN y la retirada de las fuerzas serbias y yugoslavas, quedando Kosovo como territorio autnomo bajo el auspicio de la organizacin atlntica para el mantenimiento de la paz, hasta que en 2008, Kosovo declar la independencia de Serbia unilateralmente.
El pasado sbado los negociadores de Kosovo y Serbia, acordaron no aplicar las medidas que exigan documentos para que los ciudadanos de ambas partes puedan circular libremente entre los dos territorios, despus de que Serbia se comprometiera a dejar de exigir documentos de entrada y salida a los de Kosovo. Este requisito fue impuesto por Pristina para no aplicar la reciprocidad a las personas serbias que quieran ingresar en territorio kosovar. El compromiso fue anunciado al pas por el presidente serbio, Aleksandar Vucic, en una comparecencia televisada y ante los periodistas.
Vucic anunci nuevas conversaciones para resolver el asunto de las placas de matrculas que Serbia deber emitir con las siglas RKS (Repblica de Kosovo). El Gobierno de Pristina ha dado un plazo de dos meses para que la conversin de las placas de vehculos emitidas por Serbia contengan las siglas de las ciudades de Kosovo.
La Unin Europea se ha pronunciado a favor de la implantacin de las placas de matrculas de Kosovo, amparndose en los acuerdos alcanzados por ambas partes en 2011 y 2016 sobre la libre circulacin de ciudadanos de ambos territorios. Segn altos funcionarios de la institucin europea, Kosovo tiene derecho a retirar gradualmente las placas emitidas por Serbia.
Belgrado insiste para que esto no suceda y ha propuesto en la ltima reunin celebrada por los dos mandatarios balcnicos -bajo el patrocinio de Europa- una solucin neutral; usar matrculas con las letras KS (Kosovo) como territorio autnomo. Una propuesta que no acepta la parte kosovar.
El presidente Vucic ha acusado a Pristina de pretender imponer sus decisiones con el apoyo de las potencias occidentales: “no estn dispuestos a mantener conversaciones serias porque saben que, en ltima instancia, y con el apoyo de Occidente, pueden imponer sus planes” ha declarado Vucic en la maana del lunes. Tambin ha exigido a las potencias occidentales que presionen a los representantes de Pristina para que encuentren en el dilogo una solucin con el fin de desbloquear el conflicto.
Por otra parte, el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, ha declarado el pasado domingo que las negociaciones con Serbia no tienen sentido si estas no acaban en un acuerdo integral que empiece por el reconocimiento mutuo. Kurti se se ha mostrado tajante: “Si no cumplen con el acuerdo, se aplicar la plena reciprocidad como dicta nuestra soberana. Debemos dejar de ser neutrales para ejercer la soberana. No podemos tomar decisiones que vayan en contra de nuestro ordenamiento jurdico”.
Desde Bruselas y Washington, segn confirman fuentes diplomticas, estn esperando que el acuerdo de los documentos resuelva esta “guerra de las matrculas”.
Las conversaciones para tratar del principal asunto, que ms ampollas levanta y que mantiene la tensin entre los dos pases, no avanzan. Pristina y Belgrado saben que debern conducir a la situacin final que acabe con el reconocimiento serbio de Kosovo de facto. Esto implicara un gran compromiso sobre la base de un gran acuerdo global entre ambos gobiernos. Para llegar a ese punto, la UE junto con EEUU, debern mostrarse ms resolutivas a la hora de sentar a negociar a las dos partes.
Serbia necesita reconocer a Kosovo como estado independiente para salvar el ltimo obstculo de cara a ingresar en la Unin Europea, an sabiendo que hasta el propio presidente es reacio a entrar en el club comunitario por la repercusin de cara a la opinin pblica: la mayora de la ciudadana no cree que Serbia deba ingresar en la UE.
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