El escándalo que salpica al fútbol español y que investigan la Fiscalía y la Agencia Tributaria sigue creciendo a medida que surgen nuevas revelaciones. En su portada de este viernes, el diario El Mundo desvela que la empresa DASNIL 95 S.L. envió el 5 de febrero de 2019 un burofax firmado por José María Enríquez Negreira a Josep Maria Bartomeu, presidente del Fútbol Club Barcelona. Quien había sido vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros desde 1994 hasta 2018 amenaza en ese documento al presidente blaugrana con acudir a los juzgados y denunciar presuntas irregularidades que afectarían al club blaugrana.
Según ha trascendido en las últimas horas, Enríquez Negreira cobró del Fútbol Club Barcelona a través de la mencionada empresa desde el año 2001 hasta 2018 una cantidad cercana a los 7 millones de euros.
Es justo al salir del Comité Técnico de Árbitros cuando el Barcelona prescinde de sus servicios, y meses después se produce el burofax desvelado hoy por El Mundo. El documento está escrito con un tono muy duro de principio a fin. «Después de todo este tiempo juntos me lo tomo como un insulto personal absolutamente injustificado», arranca el burofax de Enríquez Negreira.
«Tengo la firme intención de cursar denuncia ante los Juzgados lo que seguro acarreará consecuencias negativas», prosigue. En el burofax, Enríquez Negreira confiesa que hasta ese momento no había iniciado acciones «justamente, para evitar graves consecuencias» porque no creía «que otro escándalo favorezca al club».
A continuación, Negreira dice que «a pesar de ello, y pese a estar en mi derecho de poner en conocimiento de la autoridad de forma pública todo aquello que conozco y puedo acreditar y que contextualiza perfectamente el escenario en el que me he movido y relacionado con usted y con los anteriores presidentes, no quiero dejar pasar la oportunidad de llegar a un acuerdo justo para ambas partes».
Es justo después cuando el exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros lanza el mensaje principal de su burofax, según recoge El Mundo: «No profeso animadversión hacia ninguna persona del club y no tengo voluntad de dar publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con nadie del club».
«Pero usted me obligará a ello si no reconsidera su decisión y cumple con el acuerdo que teníamos de seguir contando con mis servicios hasta el fin del mandato presidencial», remató antes de instar a Bartomeu a mantener «un encuentro privado» y «absolutamente confidencial» para resolver el asunto «de forma definitiva por y para el bien de todos».