Los sueldos de los trabajadores cubiertos por convenios colectivos subieron un 2,78% el año pasado, muy lejos de la inflación media de todo el ejercicio, que quedó en el 8,4%. Se trató del mayor incremento pactado desde 2008, en el pico de la burbuja inmobiliaria, pero aún así los trabajadores perdieron casi seis puntos de poder adquisitivo.
Este año, en cambio, la tendencia parece variar: según los datos de convenios registrados en enero y febrero, los nuevos convenios ya recogen un aumento salarial del 5,2%. Son tan solo 44 firmas y afectan a 244.000 trabajadores, por lo que no es un dato -aún- representativo, pero podría mostrar una mayor disposición de los empresarios a compensar, aunque no del todo, el encarecimiento de los precios que está haciendo mella en el bolsillo de sus plantillas.
Es uno de los datos que el Banco de España destacó este miércoles en la presentación de su informe anual y actualización de previsiones macroeconómicas. Constatando, una vez más, que la inflación puede enquistarse y entrar en un bucle del que sería muy difícil salir, por lo que seguirá vigilando tanto los salarios como los márgenes empresariales.
«Cuanto más persistentes sean las presiones inflacionistas, más probable es la aparición de efectos de segunda ronda», recordó el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, matizando también que en teoría estos riesgos deberían disiparse pronto «ya que las tasas de inflación [esperadas] en el 2023 son más bajas que las que teníamos en el horizonte, y la del 2024 también la hemos rebajado», precisó.
Según las últimas previsiones macroeconómicas del supervisor, la inflación media española será este año 1,2 puntos inferior a lo que pronosticaba en diciembre, situándose en el 3,7%. El dato está muy por debajo de la tasa registrada en 2022 (8,4%, el dato más alto de los últimos 35 años) pero aún son niveles muy elevados. De cara a 2024, el Banco espera que los precios continúen incrementándose prácticamente al mismo ritmo que este ejercicio (3,6%), para en 2025 relajarse hasta el 1,8%, por fin en línea con el objetivo de inflación que marca el Banco Central Europeo.
Pero al mismo tiempo el regulador ahora estima que la inflación subyacente media del año quedará en el 3,9%, dos décimas por encima del índice general y muy por encima de las cifras de 2022, lo que muestra que el encarecimiento de los precios se está trasladando al conjunto de la cesta de la compra. Y este indicador es el que alerta de ese bucle de inflación -técnicamente, efectos de segunda ronda- que podría producirse si los sueldos y los márgenes de las empresas suben más de la cuenta.
Los convenios antiguos solo suben sueldos un 2,8%
En el resto de convenios, los que simplemente se han visto renovados este año -siendo firmados en años anteriores a estos ejercicios de fortísima inflación-, el incremento salarial no llega al 3%, pese a que la inflación prevista este año es del 3,7% y la del pasado fue del 8,3%. En conjunto, el aumento es del 2,89%, afectando a 5,9 millones de trabajadores, siempre teniendo en cuenta los últimos datos disponibles, hasta febrero.
Es así puesto que los convenios que actualizan los salarios de sus trabajadores en base a la inflación son minoría: apenas el 27% de los españoles con convenios están protegidos por estos instrumentos, las llamadas cláusulas de salvaguarda. Estas cláusulas protegían en los años 2000 al 70% de los trabajadores con convenios colectivos, pero ese porcentaje ha caído progresivamente hasta alcanzar el 15% el año pasado.
Los márgenes empresariales se mantienen moderados
Del lado de los márgenes de las empresas, dato esencial para conocer si se están produciendo efectos de segunda ronda, el Banco de España observa «un cierto repunte» a lo largo de 2022, «si bien con una elevada heterogeneidad entre sectores y empresas». Según la información provisional de la Contabilidad Nacional para el cuarto trimestre de 2022, los márgenes estarían «ligeramente» por encima de los niveles registrados antes del comienzo de la pandemia.
En cambio, desde los sindicatos vienen insistiendo en que las empresas están aumentando sus márgenes de beneficio mientras que se niegan a incrementar los salarios de los trabajadores. En un informe reciente, CCOO mostraba en base a datos de la Agencia Tributaria que los márgenes se incrementaron un 30% en 2022 frente a antes de la pandemia.
Sindicatos y empresarios vuelven a sentarse
En el marco de estas limitadas subidas salariales, este miércoles los sindicatos CCOO y UGT retomaron las negociaciones para pactar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), un documento que sirve de referencia para los negociadores de convenios de todo el país en multitud de cuestiones clave. El AENC, incluye, entre otros, una cifra orientativa que ambas partes acuerdan sobre cuánto deberían subirse los sueldos en convenio, razón principal por la que los agentes sociales rompieron las conversaciones la primavera pasada.
«Llevamos dos años sin AENC en los que las organizaciones empresariales no han hecho ni una sola propuesta», explicó Mari Cruz Vicente, la secretaria confederal de Acción Sindical de CCOO a las puertas de la reunión. El anterior AENC caducó en 2021 y ahora los sindicatos esperan «poder iniciar el proceso de negociación» con una propuesta clara encima de la mesa: que los salarios suban en línea con los beneficios de las empresas, partiendo de un índice empresarial que debería elaborar el Gobierno.
«Es necesario subir los salarios no solo por una cuestión de justicia social, sino para mantener la economía. Y los empresarios tienen que contribuir con esos beneficios que han tenido en 2022 a repartir la riqueza que se reparte en el país», aseguró la sindicalista.
Por su parte, las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme no se han mostrado opuestas al planteamiento de los sindicatos, pero prefieren mantenerse discretas con respecto a su postura en la mesa, que optar por no revelar mientras las negociaciones estén abiertas. Sin embargo, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, sí avanzó este lunes que las empresas ceñirán su propuesta a su situación económica, insistiendo en que la realidad de cada una es distinta.